Honoring Diversity in Television and Cinematic Arts.
jueves, 29 de diciembre de 2016
DIRIGIENDO DIABOLICUS CON LA ACTRIZ AMY ROBINSON
Sidney estelarizada por Amy Robinson es aterrorizada por un payaso en un lugar desolado donde solo uno saldra con vida. Filmada en Caliente, CA. Y Bakersfield.
miércoles, 10 de febrero de 2016
DIONICIO VIRVEZ el precio de un cineasta
La vida de Dionicio Virvez afirma que nadie es profeta en su tierra, aunque está
unido a su natal Santa Eulalia, Huehuetenango, hoy más que nunca. Desplazado por
la guerra interna que asoló al país, renunció a su pueblo y a su familia para
encontrar un sólido destino en California. El mismo que ahora lo trae de vuelta
a sus raíces.
Cierto, Dionicio dejó atrás a su familia, amigos y terruño en la década de los años 80, pero nunca a su identidad, la cual afirma orgulloso como q’anjob’al y como chapín. Desde Los Ángeles, California, nos concedió esta entrevista telefónica en la cual revela el secreto de su éxito, cómo se convirtió en activista en pro del mejoramiento y reconocimiento de las minorías en la industria cinematográfica en la Multicultural Motion Picture Association, MMPA, así como de las mieles de ser un productor hollywoodense.
¿Cómo llegó a Los Ángeles?
Pues mire, caminando... (ríe).
¿Y a la fábrica de sueños, tan competitiva?
Para empezar no entré por la puerta principal, lo hice por la ventana. Hay una frase muy en boga últimamente en Hollywood que se resume en “no importa lo que sabes hacer, sino a quién conoces”. Pero de vez en cuando, quiérase o no, se toma en cuenta al talento.
¿Cuál es su función dentro de la industria cinematográfica?
Mi especialidad es producir, porque casi nunca se me da la oportunidad de la actuación, he tenido pequeños roles, pero se me abrió más el camino de la producción.
¿Cuáles han sido las producciones más importantes en las que ha trabajado?
La que más me interesó, y me dio conocimiento, fue Ancient Astronaut, de National Geographic, sobre la posibilidad de un encuentro inca con extraterrestres.
Tipo Erich Von Däniken...
Sí, algo así, especialmente por los dibujos que sólo se aprecian desde las alturas, las famosas líneas de Nazca. El proyecto fue de una hora y me dio la oportunidad de actuar un poco.
¿En qué consiste el trabajo de un productor?
No precisamente en aportar dinero, ése es un mito. Más bien me toca ser creativo. En el ámbito de Hollywood se debe contar con talento para conseguir personas capaces de trabajar en cualquier producción. Para mí implica conocerlos, ya sean artistas, directores, escritores o fotógrafos. Pero también gusto de incursionar en la dirección y en el talento: escribir las historias y los guiones.
¿Le afecta ser latinoamericano en Hollywood?
Uno de nuestros problemas es que, como latinos, tendemos a meternos demasiado en la realidad, somos buenos para crear documentales centradas en la crudeza de lo que sucede, ya sea en la política, la economía o la cultura. Hollywood tiende a presentar medias realidades y medias ficciones. Por eso muchas producciones guatemaltecas están un poco rezagadas en ese aspecto.
¿Qué piensa de Apocalypto?
La cinta de Mel Gibson: la mitad es real, según la investigación que hizo, y la mitad es ficción. Y dio resultado. Yo pienso que para salir adelante como cineastas se debe estimular más la ficción.
Como el caso de la guerra interna, que en Guatemala es tema recurrente
¿Cuál de todas?
Tae Kwon Do. Casualmente el dueño de uno de los gimnasios donde me inscribí era cineasta, fue suerte, porque estaba filmando Deadly Ninja (Ninja Mortal). Esa fue mi primera experiencia como doble.
Y en la MMPA ¿cuál es su historia?
Comencé como coordinador de prensa en 1992. La corporación es tan grande como los Grammy’s o los Oscar. Pero la nuestra vela por el trabajo que realiza la diversidad de la cinematografía. A mí, en lo personal, me afectó mucho la situación que se vivió en Guatemala. Cuando vine traté de olvidarme de todo. Estamos hablando de los años 80, muchas comunidades de guatemaltecos se hundían en su trabajo para olvidar lo que estaba pasando. Durante cinco o seis años no tuve ni contacto telefónico con Guatemala. Por seis años me olvidé completamente de mi sangre.
¿Cómo superó ese período?
Nosotros como q’anjob’ales, como mayas, debido a la guerra perdimos nuestra dignidad, porque no se respetó la vida, ni siquiera tuvimos derecho a preguntar la causa. Fue muy duro, con el pasar del tiempo mucho se pierde, pero el recuerdo siempre queda. Yo quiero que mi gente sepa que tenemos el talento y podemos salir adelante. He llegado hasta acá como ser humano, como q’anjob’al, como guatemalteco, como hispano. Me jacto en decirlo, porque tengo derecho, porque lo forjé: he estado al frente de la MMPA desde 1993, nos conoce el gobierno de Estados Unidos, somos una organización respetada en Hollywood. Promovemos la diversidad, condenamos la mala imagen que se le da al hispano, al moreno, al asiático, al hindú, que nos identifica con pandilleros, con meseras. Hemos causado mejoras en Hollywood. En 1992 sólo existíamos nosotros y los oscars. Cuando hicimos el primer evento para premiar a las minorías tembló la Academia. Entonces no se nominaba a los hispanos y ya existían importantes, como Ricardo Montalbán, Anthony Queen, Sidney Poitier... Pero nunca se les daba la oportunidad para recibir tan importante presea.
¿Cómo se visualiza ahora?
Como un guatemalteco más que trabaja en Estados Unidos y que hace algo positivo, no sólo para sí, sino para Guatemala.
¿Qué guarda para el futuro?
Producir los premios diversidad, producir y dirijir los proyectos de La Academia Multicultural De Ciencias Cinematograficas entre otros....
Por León Aguilera
Cierto, Dionicio dejó atrás a su familia, amigos y terruño en la década de los años 80, pero nunca a su identidad, la cual afirma orgulloso como q’anjob’al y como chapín. Desde Los Ángeles, California, nos concedió esta entrevista telefónica en la cual revela el secreto de su éxito, cómo se convirtió en activista en pro del mejoramiento y reconocimiento de las minorías en la industria cinematográfica en la Multicultural Motion Picture Association, MMPA, así como de las mieles de ser un productor hollywoodense.
¿Cómo llegó a Los Ángeles?
Pues mire, caminando... (ríe).
¿Y a la fábrica de sueños, tan competitiva?
Para empezar no entré por la puerta principal, lo hice por la ventana. Hay una frase muy en boga últimamente en Hollywood que se resume en “no importa lo que sabes hacer, sino a quién conoces”. Pero de vez en cuando, quiérase o no, se toma en cuenta al talento.
¿Cuál es su función dentro de la industria cinematográfica?
Mi especialidad es producir, porque casi nunca se me da la oportunidad de la actuación, he tenido pequeños roles, pero se me abrió más el camino de la producción.
¿Cuáles han sido las producciones más importantes en las que ha trabajado?
La que más me interesó, y me dio conocimiento, fue Ancient Astronaut, de National Geographic, sobre la posibilidad de un encuentro inca con extraterrestres.
Tipo Erich Von Däniken...
Sí, algo así, especialmente por los dibujos que sólo se aprecian desde las alturas, las famosas líneas de Nazca. El proyecto fue de una hora y me dio la oportunidad de actuar un poco.
¿En qué consiste el trabajo de un productor?
No precisamente en aportar dinero, ése es un mito. Más bien me toca ser creativo. En el ámbito de Hollywood se debe contar con talento para conseguir personas capaces de trabajar en cualquier producción. Para mí implica conocerlos, ya sean artistas, directores, escritores o fotógrafos. Pero también gusto de incursionar en la dirección y en el talento: escribir las historias y los guiones.
¿Le afecta ser latinoamericano en Hollywood?
Uno de nuestros problemas es que, como latinos, tendemos a meternos demasiado en la realidad, somos buenos para crear documentales centradas en la crudeza de lo que sucede, ya sea en la política, la economía o la cultura. Hollywood tiende a presentar medias realidades y medias ficciones. Por eso muchas producciones guatemaltecas están un poco rezagadas en ese aspecto.
¿Qué piensa de Apocalypto?
La cinta de Mel Gibson: la mitad es real, según la investigación que hizo, y la mitad es ficción. Y dio resultado. Yo pienso que para salir adelante como cineastas se debe estimular más la ficción.
Como el caso de la guerra interna, que en Guatemala es tema recurrente
Pienso
que ese pan ya está quemado. Yo hice un corto sobre una ex combatiente de
Vietnam, quien sueña con los atentados del 9/11; se trata de un sueño y sí da
resultado. Pero sólo tratar el tema del ataque terrorista, también ya está
quemado.
¿Cómo se preparó? Si me preguntan a cuál escuela fui podría responder
que sólo me preparé como actor, porque fui al Colegio de Los Ángeles, como
doble, mi primer trabajo. Por eso estudié artes marciales.¿Cuál de todas?
Tae Kwon Do. Casualmente el dueño de uno de los gimnasios donde me inscribí era cineasta, fue suerte, porque estaba filmando Deadly Ninja (Ninja Mortal). Esa fue mi primera experiencia como doble.
Y en la MMPA ¿cuál es su historia?
Comencé como coordinador de prensa en 1992. La corporación es tan grande como los Grammy’s o los Oscar. Pero la nuestra vela por el trabajo que realiza la diversidad de la cinematografía. A mí, en lo personal, me afectó mucho la situación que se vivió en Guatemala. Cuando vine traté de olvidarme de todo. Estamos hablando de los años 80, muchas comunidades de guatemaltecos se hundían en su trabajo para olvidar lo que estaba pasando. Durante cinco o seis años no tuve ni contacto telefónico con Guatemala. Por seis años me olvidé completamente de mi sangre.
¿Cómo superó ese período?
Nosotros como q’anjob’ales, como mayas, debido a la guerra perdimos nuestra dignidad, porque no se respetó la vida, ni siquiera tuvimos derecho a preguntar la causa. Fue muy duro, con el pasar del tiempo mucho se pierde, pero el recuerdo siempre queda. Yo quiero que mi gente sepa que tenemos el talento y podemos salir adelante. He llegado hasta acá como ser humano, como q’anjob’al, como guatemalteco, como hispano. Me jacto en decirlo, porque tengo derecho, porque lo forjé: he estado al frente de la MMPA desde 1993, nos conoce el gobierno de Estados Unidos, somos una organización respetada en Hollywood. Promovemos la diversidad, condenamos la mala imagen que se le da al hispano, al moreno, al asiático, al hindú, que nos identifica con pandilleros, con meseras. Hemos causado mejoras en Hollywood. En 1992 sólo existíamos nosotros y los oscars. Cuando hicimos el primer evento para premiar a las minorías tembló la Academia. Entonces no se nominaba a los hispanos y ya existían importantes, como Ricardo Montalbán, Anthony Queen, Sidney Poitier... Pero nunca se les daba la oportunidad para recibir tan importante presea.
¿Cómo se visualiza ahora?
Como un guatemalteco más que trabaja en Estados Unidos y que hace algo positivo, no sólo para sí, sino para Guatemala.
¿Qué guarda para el futuro?
Producir los premios diversidad, producir y dirijir los proyectos de La Academia Multicultural De Ciencias Cinematograficas entre otros....
Por León Aguilera
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